Las Futakuchi-Onna son mujeres que han sido castigadas por los espíritus con una segunda boca cerca de su nuca. Boca que normalmente queda oculta bajo sus cabellos pero que les murmura y las obliga a traerla comida…
La Futa-kuchi-onna es una criatura de la mitología japonesa.
Es una mujer que está afectada por una maldición convertida así, en Yōkai. Futa-kuchi-onna significa "mujer de dos bocas" y de esta manera es representada, con una boca regular y otra extra en la nuca, incrustada en el cráneo, debajo del cabello.
La boca en la parte posterior de la cabeza pronuncia insultos y demanda alimentos a la mujer, si ésta no es alimentada, la boca puede dar alaridos que causan un tremendo dolor en la mujer que padece la maldición. La Futa-kuchi-onna tiene la habilidad de mover sus cabellos como si fueran tentáculos, lo cual le sirve para alimentar a su segunda boca.
Usualmente esta maldición se atribuye a mujeres que no alimentan a sus hijastros dejándolos morir, mientras sí proporcionaban un buen cuidado a sus hijos naturales. El espíritu del niño abandonado, se instala en el cuerpo de la madrastra para tomar venganza y así la mujer es transformada en el yōkai Futa-kuchi-onna. Otras veces se atribuye la maldición a mujeres que no comen, entonces la boca en la parte posterior de su cabeza se alimenta por ambas bocas comiendo el doble.
Es una mujer que está afectada por una maldición convertida así, en Yōkai. Futa-kuchi-onna significa "mujer de dos bocas" y de esta manera es representada, con una boca regular y otra extra en la nuca, incrustada en el cráneo, debajo del cabello.
La boca en la parte posterior de la cabeza pronuncia insultos y demanda alimentos a la mujer, si ésta no es alimentada, la boca puede dar alaridos que causan un tremendo dolor en la mujer que padece la maldición. La Futa-kuchi-onna tiene la habilidad de mover sus cabellos como si fueran tentáculos, lo cual le sirve para alimentar a su segunda boca.
Usualmente esta maldición se atribuye a mujeres que no alimentan a sus hijastros dejándolos morir, mientras sí proporcionaban un buen cuidado a sus hijos naturales. El espíritu del niño abandonado, se instala en el cuerpo de la madrastra para tomar venganza y así la mujer es transformada en el yōkai Futa-kuchi-onna. Otras veces se atribuye la maldición a mujeres que no comen, entonces la boca en la parte posterior de su cabeza se alimenta por ambas bocas comiendo el doble.
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